Los misterios de la vida al igual que las personas o la causa del amor, son tan insondables como exiguos de oclusión. Estólidos intentos son los del ser por razonar con la locura, no hay isla inicua en las faldas de Gaïa, ni labial sutil en los ígneos besos de nuestra Pachamama. Sin embargo, prostituimos los latidos por apoteósis, lo que me lleva a la hipótesis del merodeador: Si la felicidad es invidente y nosotros no somos juez ¿Cuál es el sentido de sentenciar el idilio en base a lo que vemos O es que el placebo de la vista agrada más el exhibicionismo antes que al ser mismo? Pero, quienes somos para juzgar ¿No? Lo prohibido llama dicen los sordos y el morbo despierta expectoran los sonámbulos. Olvidan que no es lo mismo hablar bajo que mascullar, por lo bajo yacen los secretos y solo en susurros las almas se pueden comunicar. Te regalo esta dádiva, a ver si sientes lo que siento: En el mar siento el paraíso y en la hamaca tu respirar, pero la diferencia entre ambas es un...
Busco que la gente se identifique con mis escritos, que mis letras lleguen al corazón del lector