Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2018

El Adiós Que Nunca Dije

Allá en el valle del infierno donde los cobardes batallan con su miedo por no llorar, donde los olvidados de  «Dios»  residimos y fallecemos por el motivo de nuestro destino dicte.  Vivió un guerrero cuyo nombre es un misterio hasta «ahora». Pude divisar su occiso ser, estaba en su propio océano escarlata, el silbido del viento producía el baile de su inerte crin color azabache, su piel canela lucía como una manta de hospital después de una operación fallida, lo interesante de esto fueron dos cosas : Pese a la gravedad de sus heridas el tipo tenía un semblante que denotaba paz y alegría, cualquiera que viera sus yagas pensaría que su muerte fue dolorosa y feroz, pero ese rostro expresa que halló la absolución que pudo haber buscado. El otro dato curioso era que tenía una carta poluta en su mano decorada por el rocío sangriento de lo que supongo fue su última batalla, me acerqué al cadáver y lo despedí con respeto, no le ofrecí una santa sepultura pues no creo en Dios, tomé la carta

La inocente venganza

JACK'S POV Samira era una chica cuya sonrisa derrochaba vida, sus ojos azabache eran tan perfectos, hubo quienes decían que su mirada era hipnótica, no existía quién le diga que no a algo, su sonrisa; maldición, esa fase de la luna dibujada en su etéreo semblante, enserio no había nada igual, el viento tenía la dicha de trajinar su crin color caoba, su tez era morena, su talla era tierna, su voz, era totalmente meliflua, su elocuencia iba anexada a sus palabras y lo más bello de todo es que su humildad jamás se había perdido. Hasta ese día... Era una tarde soleada, Samira estaba junto a sus amigas jugando voleibol en la orilla del lago, el arrebol en todo su esplendor decoraba el firmamento, el mismo que se disponía a dar paso a las faldas del anochecer, el lago se mantenía en su causé. Luis y yo éramos solo espectadores, disfrutábamos observar sonrientes a las dueñas de nuestro te amo en ese entonces. Como ya dije, la noche se aproximaba y las amigas de mi reina volvieron a las

Si Mañana No Despierto

Si mañana no despierto  no quiero que lloren, no busco lágrimas falsas, ni frases con adjetivos que describan a los testigos lo que jamás fui. Si mañana no despierto  no mientan sobre mi inerte ser, no griten mi nombre al cielo, pues si en vida no creí en él, menos lo haré en mi post- letargo. Si mañana no despierto  y me largo al otro mundo, el rumbo que tome será desconocido, bailare en la consciencia de los sueños de aquellos dueños de mis sonrisas, las huellas que dejé en la orilla serán barridas por las faldas del mar, la marea se llevará mis victorias y derrotas, anécdotas que algunos olvidarán y otros con el honor que jamás conoceré recordarán con orgullo y en sus debates mi nombre quedará, el nombre de este hombre que alguna vez fue valiente para defender sus ideales. Si mañana no despierto  quiero que hablen mis enemigos para que sus improperios y sus falacias sean expuestas al público y que con gracia demuestren mis amigos lo apócrifo de sus afirmaciones y narrativas, par

El mil caras

Cuando el corazón de un hombre esta rebosante de emociones, es complicado que sea la razón quien tome las decisiones, el alma manifiesta su Jazba y la calma brilla por su ausencia, solo se siente la presencia de la demencia y la carencia de paciencia toma una semejanza con la vida que fácil viene y fácil se va.  En una colina mientras lloraba por la mochila que cargaba en mi espalda, regalé mi serenata al oscuro firmamento:  "Querida noche deja que los vientos me canten el sufrir de los corazones rotos por la carencia de sentir de sus mitades, si su incompleta existencia muestra un semblante depresivo tengo una careta de amigo excelente y lograré regalar alegría aunque me sienta peor que ellos". A la mañana siguiente recordé el rostro iracundo de quienes buscaban herir, el sentir justiciero me invadía el pecho y opté por decir:  "Querido día, regálame la sombra de los que rastrean la felicidad para darle fecha de caducidad a su existir, yo tengo una máscara que le