Desde que el ideal del amor existe, con el, surgen prisiones que asemejan realidades, momentos olvidables con frases memorables y pasados deplorables con intenciones loables.
Antes el "soportaré todo pero no me dejes" hoy el "no a la dependencia".
Sabemos que la vida igual que el mundo está sujeto a cambios pletóricos, desde el Bunburyismo hasta el prosaísmo, por eso con todo el cinismo del que no tiene nada que perder antes de iniciar estas líneas con nombre y apellido, mas si identidad confieso que...
El día que me beses ¡Ay! tus besos, caramelo para adultos, medicina para los enfermos de amor. Besos de ensueño que aploman en los párpados, vituperio para el purista, ambrosía para el pagano.
Detienes mis penas al rozarme y mi corazón al separarse.
Omitamos el hecho que nos queramos, abracémonos el tiempo que podamos, llevaré la primavera tu mesita de noche, mientras que en la mañana nos amemos.
Yo el cigarro de la segarra antes del vuelo, tú las plantas del ángel que por fin toca el suelo.
Tú la fuerza con la que el mar golpea las peñas, yo resistiendo tus tempestades mientras más clavan tus uñas.
Sí eres tan humana ¿por qué tus besos saben a castigo? ¿Y porque me siento perdonado solo cuando estoy contigo?
Sí soy tan lobo según tú cuando te miro ¿Por qué te sientes cómoda al dormir conmigo?
Somos los amigos que se follan sin testigos y se guiñan al pasear.
Añoro ser el osito que abrazas en las noches aún cuando no sabes lo que es dormir y ser el labial que provoca tu picardía en el reflejo antes de salir.
Ser el dulce de la paleta que te causa alegría y ese vino que consumes sin saber cómo terminar, ser la inocencia de tus pecados y la sicalipsis de tu andar.
Quiero hacer el sexo con las luces encendidas sí tal vez solo yo sepa lo oscuro de tu amar.
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