La perfección si existe y no está en una deidad, mucho menos en algo celestial. La perfección yace en el cuerpo de la persona soñada, la perfección es ese ser en el que piensas antes de dormir y lo ves cuando el alba ciega tu iris presagiando el amanecer, esa persona en la que piensas cuando te hayas mohíno pero la extrañas mucho más en tus momentos de euforia y lo único que falta para completar la gloria del momento es que él o ella esté contigo compartiendo asiento. La perfección sí está en un cuerpo aunque este solo sea una envoltura, todo depende de qué busque el peregrino y vea con encanto o desencanto el resultado de su búsqueda. Parte desde una sonrisa perfecta, una mirada penetrante, un cuerpo tonificado y el rostro esculpido en el caso del varón o una silueta esbelta con carreteras curvadas y almohadones bien formados en la vanguardia, una melena que cubra sus ideas y unos labios que luzcan como si Dios mismo los hubiera pintado con el pincel de Picasso. Hasta una s...
Busco que la gente se identifique con mis escritos, que mis letras lleguen al corazón del lector