La perfección si existe y no está en una deidad, mucho menos
en algo celestial. La perfección yace en el cuerpo de la persona soñada, la
perfección es ese ser en el que piensas antes de dormir y lo ves cuando el alba
ciega tu iris presagiando el amanecer, esa persona en la que piensas cuando te
hayas mohíno pero la extrañas mucho más en tus momentos de euforia y lo único
que falta para completar la gloria del momento es que él o ella esté contigo
compartiendo asiento.
La perfección sí está en un cuerpo aunque este solo sea una envoltura, todo
depende de qué busque el peregrino y vea con encanto o desencanto el resultado
de su búsqueda. Parte desde una sonrisa perfecta, una mirada penetrante, un
cuerpo tonificado y el rostro esculpido en el caso del varón o una silueta
esbelta con carreteras curvadas y almohadones bien formados en la vanguardia,
una melena que cubra sus ideas y unos labios que luzcan como si Dios mismo los
hubiera pintado con el pincel de Picasso. Hasta una sonrisa rota, unos ojos
brillantes cuyo brillo oculte la oscuridad en la que esa persona está sumergida
y exhorte un te quiero pese a merecer un te amo duradero, se halla en esa
mirada sumisa en el hombre que sucumbe frente a la meliflua voz de su amada. La
perfección está en ese abrazo que das tan cándido sin saber el bien que hace y
en el nace la calma que deshacen los disfraces de los males del otro acechan,
en ese beso en la frente que brindas al ser amado como un gesto de tu acendrado
amor, en el ósculo que regalas con la luna como testigo, en esas caricias que
sosiegan el quebranto. Está en esas palabras de aliento que le diste a la dama o
al hombre que amabas en aras de que su felicidad sea adquirida así no seas tú
con quien comparta el resto de su vida. En ese sacrificio, de dejar la felicidad
propia por brindarle alegría a la persona que dices amar está la perfección
pues tú podrás amar a otro como lo amaste a él o a ella pero a la persona nadie
la amará como tú.
La perfección está hasta en el coito, acción que los que aman con locura llaman
hacer el amor que cura y libera de ataduras, no está en la medida de los
genitales o en lo bien formado que pueda estar, ya que el mejor sexo está bajo
el efecto de la pasión, sin importar que tan espontáneo o planeado esté el
momento de la ejecución. No hay nada más perfecto que hallar a una persona con
quien reír como niños, cuidarse con recelo, confiar a ojos cerrados y poner las
manos al calor de lava por el simple hecho de que esa persona para ti es la
indicada, alguien con quien poder amarse con vehemencia y sin conciencia hasta
sobrepasar los límites.
La perfección también está en el arte de todo tipo, arte que muta según el pase
el tiempo pero su intención ni se inmuta pese a la época, desde una pintura
hecha con acuarelas hasta el lienzo bañado con la esencia escarlata, cada
artista plasma su sentir a su manera y eso es perfecto a los ojos de quien la
perfección viera.
La perfección está en la escritura, desde la literatura que te pinta paisajes
con ternura o lúgubres horizontes, hasta poemas que bailen con tu alma, va
desde el pintor que acaricia la pluma dejando las huellas de su palma y su arte
en el ápice de tu conciencia para acabar en una reacción de tu parte, también
está en los novelistas que trazan pistas para un futuro idóneo, regalado
ideales y filosofías para tu persona, causando para muchos aburrimiento pero
para otros el descubrimiento de lo que más le apasiona, aquellos que hacen
prosa tan bellas como una rosa pero con espinas en formas de mensajes, Un guion
es perfecto porque con él se crean historias que nutren aunque también pueden
manipular el pensar de las generaciones pasadas y futuras. Cada escritos en
cualesquiera que fuera su rama hace un arte perfecto con la herramienta que más
ama.
También está en la música, musa que incita a las generaciones a bailar, pero
acompaña en momentos de risas y brisas donde pueden pasar un universo de cosas,
desde los clásicos que inculcaban la clase, la elegancia, la decencia y el
respeto por la persona, hasta los intentos de música que a mi parecer son
nefastos pero hay un gran sector que ama eso, también hay cantos religiosos que
para muchos devotos es un arte abstracto, la perfección va de la mano con su fe
y toma forma de alabanza a través de canticos especiales con mucho amor de
parte de cada devoto dirigido a personajes celestiales que puede que los
escuchen si existen o pueden perderse con el viento como las promesas del
timorato.
Pienso que la perfección tiene su cuna en la naturaleza cuya mezcla despierta
los sentidos, la serenata de trinos de las aves que es una oda, en el canto de
las olas cuyo reventar de sus faldas es una ofrenda a la inspiración del
artista, en el cielo, el piso de los ángeles y hogar del sublime en caso de que
exista, está en las calles por muy nefastas que puedan ser, un parque, una
histórica cuadra, una urbanización o vecindad, un asentamiento humano, donde la
pobreza representa la humildad pero también es la meca de los males, en un
desierto cuya aridez representa la muerte de un pedazo de tierra pero es la cuna
para ciertas formas de vida o una brisa que viaja por el firmamento sin prisa y
pisa toda promesa que no tenga el peso como para ser cumplida, en esas enormes
pequeñeces está la perfección.
Quiero terminar este conjunto de ideales con una confesión propia, para
entender todo esto, al igual que muchos otros que muchos que aún no lo
entienden y quienes ya lo sabían tuve que tocar fondo, caer en el fango a mi
manera y según mi propio contexto y acostarme con mi soledad, tuve que
sacrificar el amor que sentí por personas muy valiosas pero que en mi vida no
valían lo suficiente o mi valor no fue basto para ellos, con la esperanza de
que su sonrisa se mantenga latente a costa de la mía, a veces duele pero el
hecho de haber actuado con el corazón alivia los pesares, ya me tocará a mí y
con el tiempo al lector que lea esto.
Jack
Dreamer.
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