“Familia no es todo aquél que tenga tu sangre, no siempre es quién
te dio la vida. Son aquellos que te sacan del ambedo, que te brindan una
inmarcesible amistad o amor que sabes será sempiterno.
Son las personas que luchan codo con codo para atravesar ese farragoso y escabroso camino lleno de recuerdos y cadenas que no te dejan seguir. "
Son las personas que luchan codo con codo para atravesar ese farragoso y escabroso camino lleno de recuerdos y cadenas que no te dejan seguir. "
Nosotros los solitarios vivimos
deambulando en busca de un cálido y reconfortante abrazo, pues sabemos que la serpiente
nos envenena cada día con su elocuente labia, nos viste en el exilio con mantos
de paz, nos pinta un océano de preguntas ya respondidas en una sola frase AVECES
ES MEJOR SOLO, QUE MAL ACOMPAÑADO. Pero la realidad, es distinta,
lo sé, vivo en las pestañas de esa musa, probé sus labios y conocí el sabor de
la desilusión, sentí su gélido tacto acariciar mi latente corazón, pero al
llegar al hogar de la paz interior cuyo paréntesis decía en microscópicas
letras (ostracismo) no imaginé que estaría tan lleno de hados, esa paradisíaca
orilla te daba una vista perfecta a aquél maravilloso océano con el arrebol
sobre él y pasamos de la limerencia a la talasofilia, pero cuando damos pasos
de retorno sentimos la kenopsia bañarnos con la realidad haciéndonos vestir
nuestra personalidad solidaria y tierna en algo apócrifo. Nos hace SIBILINOS.
Es ahí cuando caemos en la
desidia, nos dejamos llevar por la melancolía y sólo nuestra FAMILIA nos
podrá sacar de ahí, el acendrado amor de una madre o padre, la etérea voz de tu
pareja, el indolente hablar de nuestros amigos, esos que están ahí pese a
nuestro trato hostil, nos regalan fuerzas y absolución, nos hacen menos
timoratos y menos inermes, solo ahí avanzamos para llegar a nuestra liberosis y
tocamos el océano esperado, pero este es verídico, llegamos a la
kairoesclerosis el ansiado deseo de todo humano.
El viajero erraba con el pasado
en su mochila, los vendavales en su contra hacia un destino seguro el
cuál no era la felicidad, él ansiaba su liberosis, pero vivía mohíno, hundido
en su melancolía por no hallar compañía que le brinde calor, un amor
inmarcesible, su acendrado corazón fue manchado con la traición en una negra
época de su existir.
Cuando la mangata se elevaba con la marea, él veía como sus huellas del pasado desaparecían con la fuerza del mar, sus lágrimas caían forjando una coraza contra todo daño emocional, las marcas de sus antebrazos fueron batallas contra él mismo, las mismas que no venció, entregó sus penas al mundo y la soledad lo acompañó, nunca lo quiso, el pobre caminante fue lastimado y por miedo se negó al amor para no volver a llorar, pero el porvenir tenía planes diferentes para su impetuoso corazón, solo bastó la etérea voz de una diosa mortal para dejarlo inerme, solo bastó una caricia para recordar esa frase que dejó en el exilio, fue un "TE AMO" lo que salió de sus labios y con un beso llegó al Edén, si la soledad era el antifaz que lo cegaba, ahora es el amor lo que sus ojos ven.
Cuando la mangata se elevaba con la marea, él veía como sus huellas del pasado desaparecían con la fuerza del mar, sus lágrimas caían forjando una coraza contra todo daño emocional, las marcas de sus antebrazos fueron batallas contra él mismo, las mismas que no venció, entregó sus penas al mundo y la soledad lo acompañó, nunca lo quiso, el pobre caminante fue lastimado y por miedo se negó al amor para no volver a llorar, pero el porvenir tenía planes diferentes para su impetuoso corazón, solo bastó la etérea voz de una diosa mortal para dejarlo inerme, solo bastó una caricia para recordar esa frase que dejó en el exilio, fue un "TE AMO" lo que salió de sus labios y con un beso llegó al Edén, si la soledad era el antifaz que lo cegaba, ahora es el amor lo que sus ojos ven.
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