Vuelve la erosión

Inició mi cuita con la alborada, llovían gotas polutas, un rocío culposo que no drena el dolor, sino que envenena mi piel al tacto ipso-facto, he tenido culpa, he sido indulgente con las inventivas y los agravios, con los improperios y sobre todo con las faltas de respeto, he confiado, me he entregado, no me arrepiento ni retrocedo a mi palabra, puesto que volvería a vivirlo.

El vespertino hoy se viste, hoy calza de gala expoliando mi alegría y alentando la poltronería de mis no ganas de vivir, de seguir, de amar, de calmar mis miedos y mis ganas de fruición con el ocaso dando besos rasos al vientre verde oscuro de la mar, antediluviano amorío, sombrío a los ojos de muchos, hermoso a los ojos de otro, pero es un amor al fin y al cabo, su amor pesa y se besan frente a las parejas que aprenden a sonrojarse al ver el arrebol, su amor muere a diario, perece pero al día próximo vuelve a florecer. 

La noche bisbisea a las 6:15 y el sol de vergüenza huye dando paso a la noche que abre las puertas de las pasiones, el burdel de las emociones, aquí entran en contradicción las acciones y tiritan los ígneos rugidos que en el vespertino viajaban con estrepitosa desidia bajo el amparo del sol para recoger su orgullo con premura y mirar con ternura en que fosa ocultarse, pero también hay sucesos nuevos, la erosión de un idilio, el último giro al ovillo y allí estamos nosotros, acariciando con suspiros al viento el rostro del otro, combatiendo y viviendo, llorando y riendo, cantando verdades y llorando mentiras, verdad es que te extraño y decir que lo primero que veo al despertar es la luz del día sería mentira.

Hoy me hallo en la noche al lado del coche fantasma, en sueños te vi oyendo mi serenata desde tu ventana, de día abrí las yagas que de noche cerraron cuando soñé que eras mi almohada.

Te pido perdón por los errores a futuro, sé que no soy perfecto, no anhelo serlo ni busco pretextos, pero con textos quiero mostrarte mi realidad, soy el desastre más lindo del mundo del mundo porque siendo fuego y guerra tengo la pachorra como cualidad.

Mis heridas cicatrizaron con parsimonia, mi silencio se unió a la algarabía que te cantaba mi pecho, mi amor hoy germina en tu nombre como paso de tortuga y mi mente corre a pensarte como depredador bajo el beso del frenesí, hoy entierro mi amor incipiente para que el tiempo lo riegue y erosione nuestra historia, la misma que veo en tus ojos, los mismos que nunca vi.