¡Perú rumbo a la libertad!
Somos muchos quienes buscamos justicia, somos muchos quienes hemos caído buscando la paz, somos demasiados los que vivimos en su burocracia, somos millones los que buscamos igualdad de derechos, somos un solo grito « ¡PERÚ RUMBO A LA LIBERTAD!».
Somos muchos quienes buscamos justicia, somos muchos quienes hemos caído buscando la paz, somos demasiados los que vivimos en su burocracia, somos millones los que buscamos igualdad de derechos, somos un solo grito « ¡PERÚ RUMBO A LA LIBERTAD!».
Fuimos tantos quienes lloramos
la pérdida de nuestros seres amados, fuimos tantos los apresados con cadenas a
las que llaman "justicia" y vimos a nuestros líderes hacerse reyes e
ignorar nuestros pedidos de auxilio, pero pronto nos levantaremos y exclamaremos
a todo pulmón la histórica verdad
« ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
Las primeras líneas de nuestro himno nos define: SOMOS LIBRES, SEAMOS LO SIEMPRE. Pero, ¿realmente lo somos? Nuestros oficiales nos roban, nuestros abogados defienden al ladrón, nuestro poder judicial apresa al que reclama sus derechos, nuestros docentes nos enseñan a ser mediocres, con la precaria educación que tienen, nuestras mujeres son golpeadas y nadie hace nada, encima al defensor lo encierran, al agresor lo dejan libre.
La culpa de todo es del maldito estado que ha comprado los valores de la población obrera, quienes ahora nos apuntan y disparan a quemarropa sin piedad. Nuestros muertos hacen vibrar el cielo y el infierno al unísono se escucha.
« ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
Las primeras líneas de nuestro himno nos define: SOMOS LIBRES, SEAMOS LO SIEMPRE. Pero, ¿realmente lo somos? Nuestros oficiales nos roban, nuestros abogados defienden al ladrón, nuestro poder judicial apresa al que reclama sus derechos, nuestros docentes nos enseñan a ser mediocres, con la precaria educación que tienen, nuestras mujeres son golpeadas y nadie hace nada, encima al defensor lo encierran, al agresor lo dejan libre.
La culpa de todo es del maldito estado que ha comprado los valores de la población obrera, quienes ahora nos apuntan y disparan a quemarropa sin piedad. Nuestros muertos hacen vibrar el cielo y el infierno al unísono se escucha.
« ¡PERÚ, RUMBO A LA
LIBERTAD!».
Entiendo los motivos, no todos
los abogados son malos, no todos los docentes son mediocres, no todos los
jueces son corruptos, no todos los oficiales son ladrones, no todos los
doctores son clasistas, no todos los que reclaman sus derechos son terroristas.
Pero la realidad del abuso se acabará cuando nos unamos y se escuche en todos
los continentes nuestro rugido «¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!»
¿Cuántos fueron los que lloraron por ser víctimas de racismo? ¿Cuántos fuimos marginados por nuestro aspecto físico? ¿Cuántos fuimos juzgados sin ser conocidos? ¿Cuántos fuimos ignorados por el clasismo? ¿A cuántos nos dieron la espalda cuando denunciaron un abuso? ¿Cuántos fueron abandonados a su suerte? ¿Cuántos hemos sido besados por la muerte? Imaginan ¿cuántos ya se han rendido ante tanta indiferencia de la gente? Me pregunto ¿quién cambiará la realidad? ¿Saben cuándo pasará? Cuando el pueblo se levante y con el sello arriba grite: « ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
Si somos libres actuemos como tal, nosotros somos mayor cantidad contra el gobierno, hagamos temblara toda América Latina con nuestra marcha, el mundo se enterará de nuestro movimiento y darán lucha al abuso, somos un país rico en historia, en flora y fauna, pero ¿para qué? Para comer migajas, ¿por qué un montón de ignorantes dictan que debemos de hacerlo? No busco el libertinaje, busco que cada obrero tenga lo suyo, poder alimentar a una familia sin restricciones, poder educar a mis hijos en una ciudad donde la educación sea de la misma calidad de aquí que en el campo, dónde los santos esperen aburridos que almas lleguen con el tiempo y no en un día donde se forme ríos rojos con cadáveres en cada esquina, sueño con un mañana pacífico y sé que se avecina, pero no puedo solo, la voz de uno jamás sonará tan fuerte como la de un coro sediento de victoria. « ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
¿Cuántos fueron los que lloraron por ser víctimas de racismo? ¿Cuántos fuimos marginados por nuestro aspecto físico? ¿Cuántos fuimos juzgados sin ser conocidos? ¿Cuántos fuimos ignorados por el clasismo? ¿A cuántos nos dieron la espalda cuando denunciaron un abuso? ¿Cuántos fueron abandonados a su suerte? ¿Cuántos hemos sido besados por la muerte? Imaginan ¿cuántos ya se han rendido ante tanta indiferencia de la gente? Me pregunto ¿quién cambiará la realidad? ¿Saben cuándo pasará? Cuando el pueblo se levante y con el sello arriba grite: « ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
Si somos libres actuemos como tal, nosotros somos mayor cantidad contra el gobierno, hagamos temblara toda América Latina con nuestra marcha, el mundo se enterará de nuestro movimiento y darán lucha al abuso, somos un país rico en historia, en flora y fauna, pero ¿para qué? Para comer migajas, ¿por qué un montón de ignorantes dictan que debemos de hacerlo? No busco el libertinaje, busco que cada obrero tenga lo suyo, poder alimentar a una familia sin restricciones, poder educar a mis hijos en una ciudad donde la educación sea de la misma calidad de aquí que en el campo, dónde los santos esperen aburridos que almas lleguen con el tiempo y no en un día donde se forme ríos rojos con cadáveres en cada esquina, sueño con un mañana pacífico y sé que se avecina, pero no puedo solo, la voz de uno jamás sonará tan fuerte como la de un coro sediento de victoria. « ¡PERÚ, RUMBO A LA LIBERTAD!».
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ResponderEliminarPerú por un progreso y mejora.
ResponderEliminar#Peruporunpaismejor