¿Hola? ¿Estás ahí? Bien.
Muy buenas noches pequeño lector, quiero pedirte que sin importar tu sexo que te concentres en este relato, es la primera vez que hago algo así, así que espero sea de tu agrado, en este relato serás co-protagonista, dicho esto espero te guste.
Instrucciones:
* Concéntrate
* Imagina el escenario
Muy buenas noches pequeño lector, quiero pedirte que sin importar tu sexo que te concentres en este relato, es la primera vez que hago algo así, así que espero sea de tu agrado, en este relato serás co-protagonista, dicho esto espero te guste.
Instrucciones:
* Concéntrate
* Imagina el escenario
Hey Tú, sí Tú sé que me oyes,
te veo caminando hacia la cima de la colina, la que por cierto tiene un secreto
bajo sus faldas ¿Eres incipiente? ¿Si? Bueno, no te preocupes yo te guío. Mira
hacía norte, justo donde acaba la colina, confío en tu visión, ¿Ves esa casita
en la cima? Entra, ¿Dime que sientes al ver mi sonrisa en un marco?
¿Sientes mi aroma rozar tu olfato?
En esta lúgubre, gélida e inhóspita ratonera se halla mi ser, aquí yacen mis vivencias, el suelo imputa las huellas carmesí de mi conciencia, ve al comedor y concéntrate, solo así escucharas mi serenata a la luna una noche anterior, anda a mi alcoba y busca en mi guardarropa y abre el primer cajón, hallarás un conjunto de hojas rebosantes de improperios sin intención de absolución, fue inefable para mí el dolor que esas palabras me causaron, hubiera querido que las últimas palabras de mi hermano hubieran sido un te quiero o una invectiva constructiva pero no fue así, tranquilo aún falta más, ve a la planta superior y enciende las velas, el incandecente color de la pequeña flama te ayudará, dirígete al cuarto de la puerta roja, ahí esta la primera víctima, la recuerdas verdad? No? Qué extraño, la Policía no halló nada que te señale como autor de semejante crueldad pero lo hiciste, más rabia me dio saber que estuviste en el velorio, uno muy bonito por cierto, estabas muy elegante déjame decirte, bueno, descuida es normal.
Revisa sus antebrazos, lo sé tiene hematomas, pero no son mías, dije víctima pues no pude protegerla de su iracundo ataque (de tu ataque, para ser exactos) no pude, ella no merecía morir, había una semilla germinando en su interior, antes de seguir, déjame explicarte, de paso que te refresco la memoria. En una tarde grisácea donde el canto de los vientos se llevaba la hojarasca y restos de polvo, era reo del ambedo que me invadía, el himno de los cuervos y la danza elíptica de los gallinazos quizá buscando su presa, me mantuve en el estado ya mencionado mientras mi esposa descansaba en su lecho. "Toc toc toc" fue el sonido que oí proveniente de la sala, no creo deba decir que fue lo que sonó así que solo diré que fui.
Al abrir la puerta te vi con un estilo de vestir muy garboso y antediluviano, de tez canela y ojos azules penetrantes como los de un siberiano al acecho, totalmente irresoluto sobre si hacerte o no pasar te dije "buenas tardes ¿A quién busca? Tu gutural respuesta me dejo confundido, la interrogante sobre el paradero de mi cónyuge me causó extrañeza. ¿Eres su amigo? -pregunté- su afirmativa fue acompañada con una información desconocida para mí. "Vine a devolverle el favor que me hizo". Debí preguntar de qué se trataba. Aún con duda te creí, bueno pas... de repente sentí un golpe y fue lo último que recuerdo. Y dime ¿Pudiste recordar algo? Vamos haz memoria, te ayudaré ¿vale? Vuelve a la habitación de puerta carmesí, ¿la ves? Toca el pecho de la etérea durmiente y cierra los ojos ¿Puedes oír los gritos de horror y dolor que le causaste? ¿Si? Ahora ve a la sala, puedes ver mi cuerpo ahora? todo se te hace reciente? Siente el meollo de mi pesar y palpa la soledad besar tu alma.
¿Dime? ¿Puedes ver tu cuerpo desde otro ángulo? Esta es mi venganza ahora serás tú quién acompañe la pesarosa ánima de mi dama, ahora vagaras mohíno en este fraudulento infierno de cuatro paredes.
¿Sientes mi aroma rozar tu olfato?
En esta lúgubre, gélida e inhóspita ratonera se halla mi ser, aquí yacen mis vivencias, el suelo imputa las huellas carmesí de mi conciencia, ve al comedor y concéntrate, solo así escucharas mi serenata a la luna una noche anterior, anda a mi alcoba y busca en mi guardarropa y abre el primer cajón, hallarás un conjunto de hojas rebosantes de improperios sin intención de absolución, fue inefable para mí el dolor que esas palabras me causaron, hubiera querido que las últimas palabras de mi hermano hubieran sido un te quiero o una invectiva constructiva pero no fue así, tranquilo aún falta más, ve a la planta superior y enciende las velas, el incandecente color de la pequeña flama te ayudará, dirígete al cuarto de la puerta roja, ahí esta la primera víctima, la recuerdas verdad? No? Qué extraño, la Policía no halló nada que te señale como autor de semejante crueldad pero lo hiciste, más rabia me dio saber que estuviste en el velorio, uno muy bonito por cierto, estabas muy elegante déjame decirte, bueno, descuida es normal.
Revisa sus antebrazos, lo sé tiene hematomas, pero no son mías, dije víctima pues no pude protegerla de su iracundo ataque (de tu ataque, para ser exactos) no pude, ella no merecía morir, había una semilla germinando en su interior, antes de seguir, déjame explicarte, de paso que te refresco la memoria. En una tarde grisácea donde el canto de los vientos se llevaba la hojarasca y restos de polvo, era reo del ambedo que me invadía, el himno de los cuervos y la danza elíptica de los gallinazos quizá buscando su presa, me mantuve en el estado ya mencionado mientras mi esposa descansaba en su lecho. "Toc toc toc" fue el sonido que oí proveniente de la sala, no creo deba decir que fue lo que sonó así que solo diré que fui.
Al abrir la puerta te vi con un estilo de vestir muy garboso y antediluviano, de tez canela y ojos azules penetrantes como los de un siberiano al acecho, totalmente irresoluto sobre si hacerte o no pasar te dije "buenas tardes ¿A quién busca? Tu gutural respuesta me dejo confundido, la interrogante sobre el paradero de mi cónyuge me causó extrañeza. ¿Eres su amigo? -pregunté- su afirmativa fue acompañada con una información desconocida para mí. "Vine a devolverle el favor que me hizo". Debí preguntar de qué se trataba. Aún con duda te creí, bueno pas... de repente sentí un golpe y fue lo último que recuerdo. Y dime ¿Pudiste recordar algo? Vamos haz memoria, te ayudaré ¿vale? Vuelve a la habitación de puerta carmesí, ¿la ves? Toca el pecho de la etérea durmiente y cierra los ojos ¿Puedes oír los gritos de horror y dolor que le causaste? ¿Si? Ahora ve a la sala, puedes ver mi cuerpo ahora? todo se te hace reciente? Siente el meollo de mi pesar y palpa la soledad besar tu alma.
¿Dime? ¿Puedes ver tu cuerpo desde otro ángulo? Esta es mi venganza ahora serás tú quién acompañe la pesarosa ánima de mi dama, ahora vagaras mohíno en este fraudulento infierno de cuatro paredes.
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