Querida madre no me odies, sé que no deseabas que te alcance pero
te extraño, ya son diez años sin tus caricias, los días se hacen meses y los
meses años, perdí a mi compañera de travesuras y mi guardiana cuando me besaban
las pesadillas, al llegar a mi primera década partiste, la casa se hizo enorme
desde que te fuiste y olvidaste despedirte, recuerdo las últimas ropas que
vestiste y te confieso que a veces te veo pasar, veo tu silueta caminando por
los cuartos y me sonríes, pero cuando quiero alcanzarte lloras, como si no
quisieras sentirme, no sabes lo horrible que es ver cada segundo domingo de
mayo a las personas recibiendo y dando el cariño que yo no siento ni hallo por
tu carente existir, si hay un Dios y solo él es capaz de arbitrar mi lugar, le
exijo una explicación antes de que me envíe donde él quiera, quiero saber el
motivo, no hallo sentido a su actuar y solo consigo interrogantes como
argumentos al buscar una razón coherente, tengo un cuaderno casi lleno de
memorias a tu lado pero esta faltante de tu última foto a mi vera, justo un día
antes del primero de enero, en sueños oí al Dios de los muertos decirme que
abajo te vería y me dio una Gillette, esta carta se la daré al ser supremo que
decide el lugar de cada quién, espero no ahogarme en el río LETE, pues
tu recuerdo no quiere migrar de mi conciencia, nadare desamparado en el
río COCITO, con el sueño de sentirte una vez más.
Mi padre se levantó una mañana con la mirada vacía, nos vio un momento a mi hermana y a mí y nos susurró un te amo para regalarnos la imagen de su espalda hacerse pequeña mientras caminaba por el pasillo y jamás volvió, mi hermana se hizo cargo de mí, empezó a trabajar y me ayudaba a pagar mis estudios mientras yo la ayudaba haciendo manualidades o postres para vender, vivíamos de migajas pero éramos felices, pese a los difíciles obstáculos supimos superar todo ella y yo, pero todo tiene un final, al culminar mis diecisiete pude a hacer trabajos más fuertes, ya tengo dieciocho y mi hermana se trasladó a la vivienda de su pareja, no la culpo, al contrario, me alegra ver paz en su corazón y observar como arde la flama del amor en su mirar, conocí a una bella dama de ojos pardos y cabellos caoba, unos labios que parecían hechos por el mismo Da Vinci, una silueta hechas por las mejores manos artesanas, me enamoré a simple vista y fui correspondido pero de forma falaz, pues el te amo que me obsequió se lo entregó a muchos otros al igual que la apócrifa pureza que tanto presumía tener, desearía haberla conocido más, ella se llevó el niño que habitaba en mí, en resumen fue lo mismo que estar solo. Querida madre te escribo esta carta totalmente vacía, herida, engañada, harto y cansado, busco tu inmarcible amor, tu etérea sonrisa y tu cálido abrazo. Perdóname Dios si es que existes. Por fin conseguí el valor para aceptar el beso de esta hoja grisácea, noto mi vida ante mis ojos, empiezo a ver tu sonrisa, escucho tu voz, las lágrimas acarician mis mejillas, madre como te extra...
Mi padre se levantó una mañana con la mirada vacía, nos vio un momento a mi hermana y a mí y nos susurró un te amo para regalarnos la imagen de su espalda hacerse pequeña mientras caminaba por el pasillo y jamás volvió, mi hermana se hizo cargo de mí, empezó a trabajar y me ayudaba a pagar mis estudios mientras yo la ayudaba haciendo manualidades o postres para vender, vivíamos de migajas pero éramos felices, pese a los difíciles obstáculos supimos superar todo ella y yo, pero todo tiene un final, al culminar mis diecisiete pude a hacer trabajos más fuertes, ya tengo dieciocho y mi hermana se trasladó a la vivienda de su pareja, no la culpo, al contrario, me alegra ver paz en su corazón y observar como arde la flama del amor en su mirar, conocí a una bella dama de ojos pardos y cabellos caoba, unos labios que parecían hechos por el mismo Da Vinci, una silueta hechas por las mejores manos artesanas, me enamoré a simple vista y fui correspondido pero de forma falaz, pues el te amo que me obsequió se lo entregó a muchos otros al igual que la apócrifa pureza que tanto presumía tener, desearía haberla conocido más, ella se llevó el niño que habitaba en mí, en resumen fue lo mismo que estar solo. Querida madre te escribo esta carta totalmente vacía, herida, engañada, harto y cansado, busco tu inmarcible amor, tu etérea sonrisa y tu cálido abrazo. Perdóname Dios si es que existes. Por fin conseguí el valor para aceptar el beso de esta hoja grisácea, noto mi vida ante mis ojos, empiezo a ver tu sonrisa, escucho tu voz, las lágrimas acarician mis mejillas, madre como te extra...
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