Ella es la guerra que mi paz hambrienta de acción desea.
Ella es el viento que agita la marea impulsando mi velero al ocaso.
Ella, es el orgullo que sintió Picasso sin importar como se vea su pintura.
Ella aunque no lo crea posible, es su corazón sensible el que me brinda sosiego con un abrazo.
Ella me regala vida cuando sonríe, pero se suicida cuando su reflejo mira.
Ella desconoce lo que en mí produce el café de sus luceros.
Ella posee un alma errante que exhorta un te amo, pero se conforma con un te quiero.
Ella es la etérea rosa que tanto piensa mi conciencia con complejo de principito.
Ella es el auxilio que grita mi corazón timorato.
Ella es la inspiración que mueve a mi sentir, si por el latir de mi pecho nacen mis huellas al papiro.
Ella es el porqué de mis noches de desvelo y motivo del rocío en mi almohada al alba.
Ella es el nombre que susurro en el crepúsculo y la primera imágen que divisa mi ser al amanecer.
Ella vive oscilando la existencia del amor, mientras yo le demuestro con hechos que es real.
Ella dice que mis escritos son bellos, pero no sabe que su nombre reside en mis líneas.
Ella está en el pedestal más alto de mi concepto de perfección, pero vive llorando sus defectos sin importar lo vano que es.
Ella se lanza de bruces a los mares del quebranto, pero yo seré el arcángel que la lleve volando donde hay felicidad.
Ella tiene un guardián que busca sosegar sus lamentos, si se siente sola, solo tiene que voltear y me verá sonriendo.
Ella tiene el camino al Olimpo en sus labios y el mapa del tártaro en sus ojos.
Ella baila en mis sueños y yo viviendo en el infierno, recorro todos los recovecos para ir y darle socorro.
Ella me tiene bajo un lance con su meliflua voz, me domina como el flautista a los roedores.
Ella es la luna que recibe mis aullidos cual serenata.
Ella no conoce la ironía de sus gestos, si con un beso me da vida y con una mirada me mata.
Ella es portadora de la consciencia del demente sin estarlo y yo sigo las sombras que me coloca mi esquizo sin pensarlo.
Ella posee un cuerpo de sirena, el mismo que recorre la mangata rumbo al horizonte.
Ella es la causa de estas letras.
Ella es el viento que agita la marea impulsando mi velero al ocaso.
Ella, es el orgullo que sintió Picasso sin importar como se vea su pintura.
Ella aunque no lo crea posible, es su corazón sensible el que me brinda sosiego con un abrazo.
Ella me regala vida cuando sonríe, pero se suicida cuando su reflejo mira.
Ella desconoce lo que en mí produce el café de sus luceros.
Ella posee un alma errante que exhorta un te amo, pero se conforma con un te quiero.
Ella es la etérea rosa que tanto piensa mi conciencia con complejo de principito.
Ella es el auxilio que grita mi corazón timorato.
Ella es la inspiración que mueve a mi sentir, si por el latir de mi pecho nacen mis huellas al papiro.
Ella es el porqué de mis noches de desvelo y motivo del rocío en mi almohada al alba.
Ella es el nombre que susurro en el crepúsculo y la primera imágen que divisa mi ser al amanecer.
Ella vive oscilando la existencia del amor, mientras yo le demuestro con hechos que es real.
Ella dice que mis escritos son bellos, pero no sabe que su nombre reside en mis líneas.
Ella está en el pedestal más alto de mi concepto de perfección, pero vive llorando sus defectos sin importar lo vano que es.
Ella se lanza de bruces a los mares del quebranto, pero yo seré el arcángel que la lleve volando donde hay felicidad.
Ella tiene un guardián que busca sosegar sus lamentos, si se siente sola, solo tiene que voltear y me verá sonriendo.
Ella tiene el camino al Olimpo en sus labios y el mapa del tártaro en sus ojos.
Ella baila en mis sueños y yo viviendo en el infierno, recorro todos los recovecos para ir y darle socorro.
Ella me tiene bajo un lance con su meliflua voz, me domina como el flautista a los roedores.
Ella es la luna que recibe mis aullidos cual serenata.
Ella no conoce la ironía de sus gestos, si con un beso me da vida y con una mirada me mata.
Ella es portadora de la consciencia del demente sin estarlo y yo sigo las sombras que me coloca mi esquizo sin pensarlo.
Ella posee un cuerpo de sirena, el mismo que recorre la mangata rumbo al horizonte.
Ella es la causa de estas letras.
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