Ya no deseo más dolores, no deseo más peripecias, me bastaron mis erróneas decisiones para llamarla tiro de gracia, no busque nunca el quebranto, pero siempre fui ese tonto, que se esforzaba tanto para servir cual manto en los momentos de desencanto y fracase por cuánto más de lo que hubiera querido, le cantaba a la luna en mis noches más nefastas, buscaba refugio y sosiego abrazando sus faldas bastas, pero hasta la sonrisa del crepúsculo se hartó y me gritó basta y me lanzó al exilio dejándome sin amor y alejándome de mi casta.
La
lluvia de mis ojos es cálida como brisa del caribe, mi corazón llora sangre y
es mi alma destrozada la que con una fuerza desconocida escribe, en mis ojos
solo se refleja el vacío del universo y en los harapos que visto como piel
residen las constelaciones dibujadas con una hoja grisácea y decoradas con
relieve, el gélido tacto de la parca es el sueño que desde aquella noche abarca
toda mi mente, un solo beso de ella me basta para hallar la calma eternamente.
Mi
voluntad se tornó gandul, ya no quiere darme fuerzas, mi mente solo se despide,
ya cerro todas las puertas, mi corazón palpita netamente por compromiso, hay
quienes escriben vida desde la perspectiva optimista pero yo plasmo mi muerte
desde el lado del pesimista y esquizo, conocí el sexo a una edad prematura y mi
yo interno juraba que era un amor puro, hasta que conocí los besos de ojos
cerrados y mi alma le preguntó ¿Estás seguro? Conocí lo que ver el universo en
una mirada caoba, comprendí que la cantidad perfecta de una alcoba no es un
individuo sino un dueto, conocí que es hacer el amor en un cuerpo imperfecto, así
fue el amor que me quiso una noche me deshizo.
Hoy
me hallo en lo más profundo de la individualidad, esperando que la viuda fúnebre
me abrace, orante espero su llegado divisando como por el horizonte llega a
paso de princesa, mi alma deja caminos carmesí en sus ojos al verla aproximar
su presencia tan vacía y yo con un mirar estoico agradezco su misericordia.
Me
despido querido mundo, les regalo mi cándida sonrisa, lo acompañaré en sus
pasos pero en forma de brisa, estaré sentado en la ribera a la vera de mi viuda
de harapos negros, escucharé con tristeza sus tardes te quiero, pero les
regalo el consuelo de que mi viaje se llevará a cabo con calma, hoy renuncio a
la vida, renuncio a ser parte de más falacias, renuncio a las infamias que en mi causaron
tantas desgracias y golpes al corazón.
Llega
el momento de mi última dosis y me despido como un literato, anhelo mi
liberosis y en esta carta está mi meollo, parto como vine, solo, mi traje de
gala es perfecto para una ocasión tan especial, mi sonrisa final con un
acendrado gesto y mi alma camino a un descanso sempiterno, ahora seré parte de
la aurora, gracias querido mundo.
Querida
parca ya estoy listo, perdóname la demora, no quería partir dejando pendientes,
solo déjame un minuto más para un adiós digno y convincente.
Querida
musa, no olvides que te amo y que aquí y en el otro lado siempre estarás presente.
Queridos
amigos, sé que mi mensaje no será muy recordado, pues no son muchos los que
estuvieron a mi lado, pero quiero decirles que los quiero, pedirles que me
perdonen y que no manchen mi legado.
Querida
madre, no me odies, ahora estaré como siempre quisiste que esté, en calma y
feliz.
Querido
padre, perdona mi cobardía y no pude ser fuerte como tú, no supe soportar el
peso de un mundo tan gris.
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