Te veía tras la luz de tus ojos, en esa luz que ignorabas, donde tu desidia ríe y tus pretendientes lloran, ahí donde tu relevancia es tan soberbia que parte el continente que nos puede unir y comparte un limosnero terreno conmigo en el olvido tuyo, ¡Allí! Totalmente solo, allí resido.
Hice odas con tu nombre, fui un intento de trova a la monarquía que no conociste por despiste o por desdén, fui el ave que trinaba serenatas a tu beldad, pero solo me prestó mi el vacío de tu edén.
Era el minino que buscaba tu regazo, solo hallé el calor de tu pestañeo cuando por error me mirabas, ahora veo que no veo, palpo y no te siento, maullidos en forma de canto y sin respuesta, es lo que hay en esta noche indispuesta.
Brisa femenina te impregnaste la rosácea rosa de mi alma, rozas mas no me tocas ¿Me sientes? O soy el fantasma que ves e ignoras o el papel con el que limpias tu quebranto y deshechas al olvido y no a la basura, porque a la basura al menos vuelves para sacarla de tu casa y en este caso de tu vida, pero a mí, ni el soslayo me regalas por compasión.
Jardinera de ilusiones, me plantaste en los rosales donde diviso tu empatía pero mi alma no sale ni por asomo para recibirla, no porque no quiera sino porque tu empatía aplasta mis alas, alas que bailan para llegar a ti, defines el concepto de Platón que el romántico que escribe posee, tu eres mi platónico y el amor que no consigo por ser amigo de las manos que quiero tomar, sediento de tus labios para calmar la sed de cándida pasión, pero soy fiel a la imagen tuya, la que nunca me mostraste, yo te di un clavel y tu cuatro azotes me clavaste.
Tu aperlada sonrisa es la luna que veo, tu destellante mirada mi atardecer, tus pómulos el arrebol embelesado que ansío ver, tu tacto la luz del alba que en mis pupilas nunca reflejé.
No te culpo de lo sucedido, no fue tu responsabilidad, es la lenidad de este echo lego que no acata mi mandato, no quepo en tus zapatos como para estar en tus huellas, no percibo tu sentir, río si te veo para no quebrarme en tu falta de presencia, perdona si mis invectivas son estocadas a tu respeto, no busco lacerarte con ofensas gratuitas ni pagadas, solo añoro expresar este sentir para manumitirme, no para victimizarme pues eso de nada me sirve, yo te quiero y la ironía de este febril amor fantasmal me besa y en ves de sacarme una sonrisa, despierta mi frenesí, adiós querida musa, vuela y adiós pequeña colibrí.
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