Pletóricas noches
frente al papiro y con la pluma incierta fueron el camino a una verdad que
desearía sea mentira, sé que es tonto, tosco, quizá algo arisco , pero no por
eso de ja de ser verdad , también sé que estás pensando “de qué va este tipo”
pero así como antes de una ceremonia hay palabras hilvanadas que acarician el
micro, estas son las mías, mi preludio a este diluvio de ideas, también sé que
es algo exagerado, pero la relevancia que tiene es el motivo principal por lo
cual a este le llamo diluvio de ideas y empieza así.
¿Cuánto más viviremos a la sombra del árbol en vez
de aprovechar el cobijo de su sombra para poder trabajar con ideas más frescas?
A menos que
seamos tan imbéciles como para aceptar o siquiera considerar la idea estúpida de
que nos subestimen con una mirada desidiosa. La vieja escuela nos mira con
ternura, la misma con la que tú miras a un bebé caminar y te explico los porqués.
·
Porque copiamos sus modas y las nuestras no es
más que un sucedáneo, pero entre nosotros nos menospreciamos y cuando sale algo
bueno solo nos limitamos a criticar.
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Entre
nosotros mismos nos matamos, a veces quitándonos la vida y otras veces sustrayendo
nuestras ganas de vivir.
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Porque
queremos, pero no defendemos lo que amamos.
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Porque
vanagloriamos el fruto, pero despreciamos la semilla por su disque
insignificancia.
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Porque
buscamos morir para que la vida signifique algo, en vez de que vivamos para morir
por algo que signifique.
·
Porque
nuestro ego está tan bajo que escaseamos de identidad y nos hallamos en
cualquier cosa que nos identifique.
·
Porque
juzgamos por una portada antes de saber que porta él o ella.
Con esto no digo
que no tengamos nada de bueno, hay cosas buenas, hay sucesos dignos de admirar,
pero a mi parecer estamos por mal camino por ahora, sin embargo, no es tarde.
La vieja escuela fue la nueva de sus predecesores, pero a diferencia nuestra esta absorbió el conocimiento y lo hizo suyo tras un procedimiento que mezcló con intelecto y creatividad.
La vieja escuela fue la nueva de sus predecesores, pero a diferencia nuestra esta absorbió el conocimiento y lo hizo suyo tras un procedimiento que mezcló con intelecto y creatividad.
No todo lo
antiguo es mejor, aunque atrás esté (a mi parecer) la esencia, el meollo del
arte, también está la opresión, la falta de redención, los estrepitoso abusos y
el uso en vez de la importancia hacia el humano, pero hoy quiero narrar lo que
aprendí y lo que veo en mi generación, somos el final de la vieja escuela, el
preludio del nuevo milenio, sin embargo somos la gotita que terminará en un océano
el día después.
Nos hicimos prosélitos del docto arte del engaño y nacieron pletóricos fariseos.
Nos hicimos prosélitos del docto arte del engaño y nacieron pletóricos fariseos.
·
Cambiemos
el querer amar por un amamos querer.
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Cambiemos
el anhelo por el poder ejercer nuestra voluntad.
·
Cambiemos
las emotivas frases que solo son disfraces por las paces que germinen en rosas odoríferas
que arrebaten los antifaces.
·
Cambiemos
el beso doble y la falaz risa por más huellas de ron en la camisa y restos de
fluido en el pantalón o falda y una huella ígnea como tatuaje, una que marque
el corazón.
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Cambiemos
la timorata discreción cuya meca es la envidia por gritos que rompan la balanza
que dicta que el equilibrio yace en una jerarquía.
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Cambiemos
las invectivas por elogios y los chats por cartas.
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Cambiemos
las videollamadas por llamadas a compartir videos juntos.
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Cambiemos
los links por serenatas.
Uno se harta de ver
como el tic tac dicta y ofende a una generación que busca levantarse, mas cómo
si entre nosotros nos ponemos el pie, cómo correr si nosotros nos limitamos
¿Cómo?
No soy un visionario, tampoco un burgués, ni un capitalista, menos un socialista, pero soy un romántico idealista que grita con vehemencia a través del silencio donairoso de una pluma a su gente para que despierte y espabile, soy el fuego que evita que el gélido hoy nos haga tiritar, soy alguien cuya prosa quizá incite al cambio y facilite el camino a una pacifica revolución.
Lo sé, este misceláneo es un sucedáneo de un discurso que inspire, soy muy consciente de que no soy perito en las artes oratorias, pero quiero gente que pese a todas la peripecias se queda y no se quita ni limita no importa la ocasión, quiero evitar que nuestros antepasados nos vean con decepción y digan que se marchita la nueva generación.
No soy un visionario, tampoco un burgués, ni un capitalista, menos un socialista, pero soy un romántico idealista que grita con vehemencia a través del silencio donairoso de una pluma a su gente para que despierte y espabile, soy el fuego que evita que el gélido hoy nos haga tiritar, soy alguien cuya prosa quizá incite al cambio y facilite el camino a una pacifica revolución.
Lo sé, este misceláneo es un sucedáneo de un discurso que inspire, soy muy consciente de que no soy perito en las artes oratorias, pero quiero gente que pese a todas la peripecias se queda y no se quita ni limita no importa la ocasión, quiero evitar que nuestros antepasados nos vean con decepción y digan que se marchita la nueva generación.
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