Un beso en forma
de brisa
¿Y tú qué
piensas? ¿Qué no te amo menos por estar lejos? ¿Qué no temo iniciar algo y
nunca abrazarte?
Soy un amante de
la retrofilia, idilio moderno que en fila viaja a morir, sé que lo sabes, los
amores de ahora son efímeros, definición del marinero, besos, sexo y falsos
"te quiero", pero yo no soy un marino, soy el caballero que de la
edad media vino, soy el Romeo que mató a Julieta por ser poca cosa al
conocerte, soy el que mató a la suerte con los 3 seis que saqué por voluntad,
crápula la hora de escribir, sonámbulo, pues despierto te sueño aquí, siento
escudriño del tiempo indagar mi madurez, atisbar el aplomo de mis latidos
cuando te buscan y no te hallan, mi sangre hierve y el infierno se enfría, el
demonio reza para que me calmé y Dios baila cuál mono cirquero buscando mi
alegría, pero nada sirve, no estás aquí, pasó de la vehemencia a la cordura, de
la cordura la tortura y y Poseidón se ahoga y embriaga en mis lágrimas etílicas
y escarlatas, la mangata refleja la menguante sonrisa invertida de luna y las
estrellas de Consuelo dibujan tu nombre en el violáceo firmamento, Te regaló un
signo incandescente e ígneo como el mío, Te regalo un planeta donde vivir en el
cual hábito en sueños cuando elegí "Amarte"
La paradoja de la
vida un amor longevo un cuerpo juvenil, un amor va bíblico más erótico que
texto bíblico, Una lágrima de verdad un océano de amor apócrifo, mas no soy
timorato, no te amo a ratos, te amo de manera diáfana sobre bajo las sábanas es
una querella interna sobre correr hacia ti o amarte desde aquí.
eres dueña de mis
jadeos y protagonista en mis deseos, te hayas en la cúspide del altar mío que
representa la mujer, tienes un hogar en mi cuaderno sempiterno y un recuerdo
inventado en mi bigardo ser, Me acompañas en alma en militar y de largo con Morfeo,
sólo ahí te puedo ver, conozco los ideales que te creo y veo los labios que no
acaricio, habitas y posees este corazón partido y aunque el tuyo no poseo no
por eso te dejo de querer, sé Qué hay óbices y con el índice te señaló al
mediodía al tutear al sol, eres la mitad de mis días mi códice yace tu merced,
por eso hoy te regalo a toda prisa aunque la distancia y dos otoños me pisan,
este beso en forma de brisa a la tersa piel tuya, la misma que no conocí.
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