Cuando te vea
será el mejor día de mi vida, cuando fenezca será el mejor día de la tuya.
Mi boca te ha
solicitado en demasía, mi corazón me dejó hematomas en el pecho para
manumitirse de mi cárcel e ir a por ti, su libertad.
Están mis huellas
en las aceras y tu me aseveras que las viste venir, si las viste venir ¿Por qué
no las detuviste?
Si tu respuesta fue: “Para mí no era”
Al menos las hubieras dirigido a otra vera, hoy mis pasos se perdieron la
primavera, hoy deambulan por un eterno invierno.
Hoy siento
arcadas si percibo calor, ayer buscaba tu luz, hoy huyo de ella.
Perdona, mis
dudas ofenden, siempre las evito, pero provoco querellas, a veces creo que me
quieres, quiero creerte, doncella.
Hoy lloras y
regresas en tus pasos, tu cara tiene hambre de respuestas, pero, aunque el sol
viene y va, no son iguales las puestas.
No dudes que te
quise, no llores lo que no viste.
¿Por qué vistes de luto?
¡Albricias, me hallaste!
Qué suaves
caricias.
Qué lindo suena mi nombre en tus labios.
Lamento ver tu
cara sin luz, ahora te haces pequeña, hoy sientes lo que yo sentí por ti antes,
tienes el amor delante y a tu amante bajo su cruz.
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