Hoy estoy cansado, soy un vástago bastardo que la existencia azarosa escupió como burla en la factura que el karma a mis padres les debía.
Pudo haber llegado primero el docto médico que haga crecer cabello en
cancerígenas cabezas o el mesías que vista una bata y en vez de dos hoyos en
las manos, tenga dos tubos de ensayo para erradicar el hijueputa Covid- 19,
pude ser un mandatario que nadie en el blanquirrojo pueblo quiso, mas necesita
o por otro lado pude ser el dictador genocida, homófobo, misógino, misántropo,
torturador, impío en cuyos hombros
cuelguen el peso de los ríos carmesí y los escollos de origen óseo que
compliquen el arrastrar de los grilletes que aten al sometido ciudadano.
Quizá el visionario cuya diáfana vista desvista la estulticia que nos dan por
alimento.
En el espejismo de mi vida quizá fui un casanova, un ladrón de guante blanco
cuyas cazadoras sean los gemidos, orgasmos y lágrimas que previamente en un
lecho blanco hurté, sin embargo, he sido desde el día cero no he sido nada más que
una factura, por ende, hoy es un sexy espinoso el que danza con esta pluma, el
que viene a dar las nuevas porque de buenas no tienen un carajo.
Luego de
babélicas y encriptadas lecciones que con un bate abrigado con alambre de púas
me dio la vida por caricias, luego de regar mi almohada para que germinen
ideas, luego de pensar por en la neblina de un cuarto con aroma a Marlboro y
naufragar en los mares de licor y arribar a puertos de lucidez, puedo decirles
que la vida a mi parecer no es más que un cigarrillo o un vaso de whisky o ron,
aquí se separan los caminos, aquí fenecen los arrastracueros, cagalindes de
caballeros y mujeres.
Todos tienen la
libertad de servirse o fumarse lo que sea, aunque nuestras primeras veces no
sean culpa nuestra comúnmente, no se alumbran “tabacadictos o bebedores”, pero
nadie, absolutamente nadie me va a negar que la primera vez es amarga, fuerte,
incluso dolorosa por el después, desde una explosión en la cabeza al toque de
algodón o por la tos y el pecho colorado por causa de estertor. Cuando el
aterido beso de la nostalgia te besa, los amantes de la pluma naranja dibujan
efímeras nubes grises como paliativo y los catadores beben años en litros para
gritar ahogados “basta”.
La vida, con el
básico e incipiente conocimiento que tengo, no es más que la manera en la que
la mires.
Donde veas
problemas, hay una oportunidad de solución, si vives abrazando grandezas las
pequeñeces las vas a ignorar, pero para ser el roble primero debes ser bellota,
para conocer el cielo hay que saber caer y para conocer los misterios del mar
hay que tener coraje para hundirse. Partimos desde abajo y con el pasar de los
años nos erguimos para que al caer nuestro descanso sea el camino que al
siguiente mejore, las lágrimas se secan, las sonrisas se cierran, los ojos se
apagan, pero lo vivido, solo tú te lo llevas, así que mira hacia arriba, ya
viste donde estas parado, ya restaste nitidez de tu panorama, hay metas que
cumplir y tragos que abrir para celebrar.
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