A la sombra
Hoy me has abandonado, estrella fugaz que iba conmigo y me hacías el amor por pestañeo, hoy miro la nada y no hay atisbo de tu existencia, a la sombra de tus besos, de tus rosas y claveles, tras el hado de mi soledad seas mi compañero, ese que atado a mí vive cuando la apócrifa felicidad nos besa con su luz, tantos rugidos impetuosos, hoy son maullidos timoratos, orgías de caligrafía, hoy es un autoplacer vacuo, indigno de llamarme escritor, sí la pluma no baila conmigo, mas hoy sí, a la sombra del olvido y en la aurora tácita entre la babélica inspiración y capacidad de plasmar una catarata en unos reglones hay una galaxia de distancia, la cavilación es el sendero a la danza campechana.
¡Hay, célibe, casanova y donairoso¡
Tomo tu muñeca y con giro te atraigo a mí, a la sombra de mis miedos, atiborrado de someros temores busco un subterfugio que me ayude a bailar en reglones con el ABC de tu negra sangre, creemos una lengua digna de un orgasmo visual, una reacción febril, un infierno en invierno y un aterido ósculo en estío.
Hoy yacen mis bloqueos, tras unas líneas de vergüenza ante mi previo actuar, no eras reacia a mí, sino a mis dudas, te juro por tu pureza y desnudez que te haré el amor más seguido, me vas exclamar que te coma cada punto, seguido por el arco de tus dudas, querrás que no cierre tú pecho rayado y desearás ser poseída solo por mí. Hoy la sombra y la luz se hacen una, hoy la inspiración vuelve al pecho y fenece en mi cuaderno, hay que ser un vehemente para amar la vida y valiente para anhelar la parca, su tacto frío, sus ojos vacíos y su mirada ámbar.
Comentarios
Publicar un comentario