Hoy bajo el amparo del vespertino he sentido angustia y ansiedad de sólo pensar en un motivo o siquiera hallar uno, ni sumamos ni restamos al planeta, menos a la especie que padezca la desdicha de cruzarse en nuestro sendero tan escabroso, flemático y poco duradero, tan rectamente ambiguo y asiduo a los peor, somos besos de un cometa que pasa, brinda esperanza cuando sabes que no va a partir y parte las mismas cuando se estrella. Con esto no digo que existir sea malo francamente no tengo idea de sí lo es o no.
Somos a mi parecer la paradoja en una hoja, una tragicomedia, lloramos de risa y reímos por pena, somos la cuchilla que busca acariciar las venas. Es de valientes llorar tras una pantalla o frente una cámara, lágrimas de hojalata para sonrisas de metal, mas eres un medroso por defender tu definición de amar.
Antes un milagro hacia el santo hoy es un milagro hallar uno, nos cuidamos del daño emocional huyendo de los te amo pero bebemos y celamos por la mano que no tomamos.
Herimos para no sufrir y la espada curva nos perturba, las lágrimas del occiso riegan bosques vintage donde lloramos lo que causamos y anhelamos pisar el pasado, marcamos el hoy y lloramos mañana el pasado que dejó de estar presente.
Hay tantas filosofías como personas en el mundo, hay cortes tan profundos que ni con sutura terminan de cerrar, pródigos predicadores delimitan ideales irreales, nos pintan rosales sin espinas y basta oír su retórica para notar lo apocrifa que es.
Si estamos para liquidar ¿Por qué queríamos lazos sólidos?
Sí estamos para amar ¿Por qué lo ocultamos?
Sí estanosboara ser felices ¿Por qué ponemos de moda la depresión?
Somos los culpables de que no nos valoren, nadie valora lo que no se hace valer ni cuida lo que fácil se puede tomar.
¿Por que damos lo que podemos?
¿Tan poco valemos para conformarnos con migajas siendo la mano que amasó el pan?
En el mundo hay más saliva seca que ojeras.
Sino es para hallar aquello que nos llena
¿Para qué estamos aquí?
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