Querida madre no me odies, sé que no deseabas que te alcance pero te extraño, ya son diez años sin tus caricias, los días se hacen meses y los meses años, perdí a mi compañera de travesuras y mi guardiana cuando me besaban las pesadillas, al llegar a mi primera década partiste, la casa se hizo enorme desde que te fuiste y olvidaste despedirte, recuerdo las últimas ropas que vestiste y te confieso que a veces te veo pasar, veo tu silueta caminando por los cuartos y me sonríes, pero cuando quiero alcanzarte lloras, como si no quisieras sentirme, no sabes lo horrible que es ver cada segundo domingo de mayo a las personas recibiendo y dando el cariño que yo no siento ni hallo por tu carente existir, si hay un Dios y solo él es capaz de arbitrar mi lugar, le exijo una explicación antes de que me envíe donde él quiera, quiero saber el motivo, no hallo sentido a su actuar y solo consigo interrogantes como argumentos al buscar una razón coherente, tengo un cuaderno casi lleno de memorias a tu...
Busco que la gente se identifique con mis escritos, que mis letras lleguen al corazón del lector